ActionCOACH Alfredo Gutiérrez / México
¿Cómo salir de la mediocridad, con competencia leal y negocio rentable?
¿Qué hicieron los grandes líderes para trascender y generar empresas longevas? ¿Qué debo cambiar para lograr mis metas?
David J Schwartz cita algo muy cierto: “No hay tanta competencia en los niveles de excelencia; la competencia la hay en los niveles de mediocridad”
En la mayoría de los programas de coaching, probablemente la etapa más complicada y retadora con los empresarios es poder determinar su “característica única de venta”.
¿Cuál es tu mayor ventaja o tu diferencia en el mercado? ¿Por qué tu cliente debe elegirte a ti y no a la competencia? Las respuestas más comunes suenan a algo similar a esto: “nuestro servicio al cliente es mejor”, “somos los más baratos del mercado”, “la calidad de nuestros productos está por encima de nuestra competencia” o simplemente; “por qué tengo muchos años en el mercado”.
Si la misma pregunta la contestará tu competencia, ¿cuántas veces diría lo mismo que tú?, o mejor aún, ¿qué diría el cliente que perdiste la semana pasada o el año anterior?
Diferenciarte de tu competencia, buscar la excelencia y comunicar (hago énfasis en este verbo: comunicar) tus beneficios reales a tu mercado; requiere de un análisis muy consciente y delicado.
Una buena manera de empezar a evaluar que tan diferente es tu oferta con respecto a lo que hay en el mercado, es considerar los siguientes 4 aspectos
PASIÓN POR LO QUE HACEMOS
El aprendizaje de una técnica, habilidad, tecnología, industria o la especialidad de una ciencia; genera en muchos emprendedores el origen de su plan de empresa.
En otras ocasiones, fue el padre, un familiar o algún socio quien tuvo el sueño de formar la empresa que actualmente dirige un empresario.
Cuando estás trabajando todos los días por el sueño de alguien más, es más complicado tener pasión por lo que haces. No significa que no se pueda tener pasión por lo que alguien más emprende; hay algunos casos donde el heredero o sucesor adopta ese sueño como suyo y es cuando las empresas continúan más generaciones.
Sin embargo, es indispensable sentir de verdad lo que respondas a estas preguntas para encontrar la pasión por lo que te gusta hacer:
Estas respuestas, alguna vez han pasado también por líderes empresariales que transcienden y han dejado un legado a su familia, comunidad o al mundo entero. Y cuando más claras y específicas se tienen esas respuestas, más sentido tiene construir lo que deseas lograr a largo plazo.
El éxito no está en ser mejor, el éxito está en ser diferente. Y para ser diferente tienes que hacer y sentir como propiedad tus metas y tus sueños; vivir con pasión por lo que haces, divertirte mientras trabajas y … ¿el dinero? ¿cómo hacer lo que te gusta cuando necesitamos dinero para sobrevivir? Es justo aquí donde empiezan las limitantes que nuestro cerebro suele tener y que son generadas por nuestras propias creencias.
Creer que se necesita dinero para sobrevivir, es limitar la creatividad de tu cerebro para encontrar los caminos que te llevan a hacer lo que te gusta. El dinero es consecuencia y resultado de lo que haces.
Porque si relacionas el éxito con el dinero, o haces de tu meta: tener más riquezas; te olvidarás de vivir con pasión por lo que haces y el camino será muy gris e inestable.
AUSTERIDAD Y SER CAUTOS CON EL DINERO, NO ES VENDER BARATO
En momentos difíciles o de crisis; muchos empresarios se ven obligados a trabajar con austeridad; pero cuando hay abundancia, entonces la austeridad queda en el olvido. Cuándo mejor está nuestra liquidez, debemos seguir practicando la austeridad.
La confusión se encuentra cuando queremos bajar la calidad de lo que hacemos al disminuir el presupuesto en los conceptos más importantes de tu negocio. Conocer nuestro negocio incluye saber lo que comentamos en el primer inciso; ¿qué nos hace diferentes?
Invierte mejor en los aspectos que te hacen diferente; algunas materias primas, la imagen, el empaque, la distribución, los sistemas, etc. Y baja costos en todo aquello que no aporta un valor agregado a tu cliente, como puede ser; las marcas de tus vehículos, la oficina que nunca visitan tus clientes o la investigación de mercado para productos o servicios que no somos capaces de fabricar u ofrecer.
Sin embargo, hay tres aspectos cruciales que no pueden ser víctimas de recortes presupuestales en tu empresa:
1. Calidad y capacitación en empleados estratégicos (evaluar a tu equipo estratégico debe incluir la evaluación de tu liderazgo);
2. Calidad en los materiales y servicios claves para mantener tu característica única de venta y;
3. Calidad y seguimiento en tus estrategias de marketing.
ESCUCHA, PREGUNTA Y OBSERVA EL ENTORNO
El mercado evoluciona y en el mundo actual, esto sucede más rápido de lo que muchas empresas son capaces de reconocer.
La innovación y capacidad de adaptarse a las nuevas exigencias del mercado está en manos de los líderes de cada industria, de los más inteligentes y los que estudian el desarrollo y avance tecnológico y científico que el mundo descubre día a día.
Pero ser más inteligente, no significa tener más capacidad económica; o tener más estructura; o más experiencia. Sin duda, son factores que benefician a los grandes; pero está probado que las personas más inteligentes son las que hacen preguntas de mayor calidad, se mantienen actualizados y dedican tiempo a observar lo que sucede en su entorno.
Siendo así; escucha a tus clientes, a las universidades, a los centros de desarrollo y tecnología, asiste a seminarios, capacitaciones o conferencias; lee libros y sobre todo; pregunta el doble de lo que hablas, escucha con más atención de la que tu ego te lo permite, y observa los detalles con más atención. Y es así como serás más inteligente para contar con la información que necesitas para seguir innovando y cuidar tu diferencia en el mercado.
MEJORA CONTINUA E INNOVACIÓN.
Los hábitos que tenemos son la principal causa para hacer actividades que nunca habías hecho o para mantener la mediocridad en la que vivimos.
Por eso, es importante tener disciplina que permita cuestionar constantemente los hábitos y creencias que tenemos. Salgamos del estado de confort que vivimos y reconocer que la disciplina empieza cuando tenemos el hábito de hacer cada vez mejor lo que ya habíamos hecho bien.
Se puede empezar por realizar un listado de actividades que haces en el día o que determinada área de tu empresa realiza de manera rutinaria. ¿Cuántas de esas actividades son realmente de valor para tu cliente? ¿Qué actividades están alineadas con avanzar hacia tus metas? ¿Por qué algunas actividades se volvieron hábitos que deben cambiarse para obtener mejores resultados?
Los malos hábitos y las creencias que paralizan tu cerebro, son las principales causas de no lograr metas ambiciosas y evitar la mejora continua e innovación en tu empresa. La repetición de una acción, termina convirtiéndose en un hábito; has de la mejora continua y la innovación, un buen hábito para tu negocio.