Por ActionCOACH Iberoamerica
En el mundo empresarial, una agenda llena no siempre significa progreso real. Muchos líderes creen que tener empleados constantemente “ocupados” es sinónimo de eficiencia. Sin embargo, esta mentalidad puede ser un error costoso. La verdadera productividad no se mide por el número de tareas realizadas, sino por el impacto de las acciones estratégicas que generan resultados.
Un estudio publicado por Harvard Business Review reveló que el 41% del tiempo laboral se desperdicia en actividades que no aportan valor, como correos innecesarios, juntas improductivas y tareas mal delegadas. Este “ruido operativo” genera agotamiento y desvía el foco de las verdaderas prioridades del negocio. A largo plazo, produce desmotivación, rotación de personal y una cultura de urgencia constante.
La buena noticia es que existen estrategias simples que pueden transformar la dinámica interna de un equipo. Por ejemplo:
La productividad sostenible no se logra con más horas, sino con mejor enfoque. Implementar metodologías de gestión del tiempo y herramientas de organización permite que los equipos trabajen con claridad y propósito. La clave está en enseñar a las personas a tomar mejores decisiones sobre dónde poner su energía.
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