Por ActionCOACH María Inés Morán/México
Mejorar el trabajo de tu equipo, que la comunicación fluya, potenciar la creatividad, aprender a visualizar y planificar, instruirse de los errores, y valorar la práctica son parte de las enseñanzas que deja este experimento, que combina lo lúdico con valiosas enseñanzas.
El reto del Marshmallow permite a los equipos de trabajo, retarse en su capacidad innovativa y colaboración grupal.
Para hacerlo se necesita un marshmallow o malvavisco, 20 espaguetis, un metro de cinta adhesiva y un metro de hilo. Se constituyen equipos de cuatro, los cuales disponen de 18 minutos para crear la torre más alta. En la construcción de esta torre es válida cualquier estrategia, va desde la aplicación de conocimientos de estructuras, la planificación, la distribución de roles y responsabilidades, y el ensayo y error. Tampoco hay reglas de tipo de construcción, ni modelos de diseño. Se trata de un desafío que dejará en evidencia las habilidades colaborativas del grupo y su capacidad resolutiva en un tiempo y con recursos limitados.
Fueron dos mentes brillantes los que crearon este reto basado en la idea de “construye una torre, construye un equipo” son ellos, Peter Skillman, exvicepresidente de diseño de Palm y actual vicepresidente de diseño de Nokia y Tom Wujec, miembro de Autodesk, grupo creador del software de diseño AutoCAD, además, autor del libro: Una mente 5 estrellas: Juegos y acertijos para estimular su creatividad e imaginación.
Skillman y Wujec, ambos miembros TEDTalk, han desarrollado diversas pruebas con más de 70 grupos, equipos formados por personas de distintos orígenes, edades, niveles de toma de decisión y profesiones, las conclusiones sobre la naturaleza de la colaboración han sido reveladoras.
Cuando este experimento se reprodujo en equipos conformados por recién egresados de una escuela de negocios resultó en un desempeño deficiente. De acuerdo al análisis de Wujec: “Mienten, hacen trampa, se distraen y producen estructuras muy poco convincentes. La torre promedio de todos los participantes en el ejercicio es de 20 pulgadas; la torre promedio de los egresados de la escuela B es de solo 10 pulgadas”.
Para sorpresa de los creadores de este challenge, los pequeños de un jardín de infancia se desempeñaron bien. Diseñando una torre promedio de 26 pulgadas. “No solo producen las estructuras más altas, sino las más interesantes de todas. Para Skillman, esto se debe a que “ninguno de los niños pasa tiempo tratando de ser director ejecutivo de Spaghetti, Inc.”.
En otras palabras, su foco no estaba en la meta final, ni en la presión del tiempo, sencillamente disfrutaban del proceso, no les molestaba ensayar una y otra vez, ni se frustraban por el fracaso, por el contrario, se divertían, tampoco competían en sus egos, en cambio, contribuían de forma desinteresada con sus ideas.
Resulta interesante que gracias a un elemento tan blando e inofensivo como un marshmallow, puedes determinar la verdadera naturaleza y comportamiento de muchos de tus CEO, directores y gerentes, quienes, al finalizar el ejercicio, terminan por darse cuenta de que no están preparados para liderar, pues pretenden imponer su liderazgo y no delegar; se dan cuenta de que intentan siempre los mismos procedimientos, sin percatarse de los errores que cometen, que se empeñan en complicar la solución, y que se cierran a las alternativas creativas e ingeniosas; mientras que los niños suelen tomarse el reto como un juego en el que colaboran todos por igual, no se agobian, ni por el tiempo, ni por las limitaciones, ni el ego, sencillamente se divierten, no se obsesionan con ganar, sino con imaginar, aparte de compartir su ingenio para resolver el problema, en grupo.
Se demostró que los resultados varían de acuerdo a la edad, al compromiso, al foco y a la actitud con la cual se asume el reto, pero hay unas características comunes que te resumo: