Por ActionCOACH Martin Sanchez
Hoy quiero hablarles sobre la importancia de la cultura en cualquier negocio, ya esté formalmente establecida o no. Esta cultura se compone del conjunto de creencias, valores, reglas y formas de pensar compartidas por el equipo, y es fundamental porque dicta el comportamiento de las personas y, por ende, influye directamente en los resultados de la empresa.
Una cultura que promueve la responsabilidad, el trabajo en equipo, el cuidado de los clientes y de los recursos de la empresa, así como el respeto por el entorno, tiende a ser más exitosa. Pero si no se define explícitamente, la cultura empresarial se forma a través de las interacciones cotidianas y puede ser moldeada por liderazgos informales que quizás no estén alineados con la visión de la empresa.
Charles Duhigg destaca que los buenos líderes ven en las crisis la oportunidad de transformar los hábitos organizacionales, reforzando el sentido de pertenencia y el compromiso de los miembros del equipo. Es, por tanto, un momento crucial para potenciar la determinación, la adaptabilidad, la creatividad y la innovación dentro de tu equipo, asumiendo un liderazgo que se caracterice por la responsabilidad e inspiración.
Además, es fundamental reconocer que un líder efectivo se define no solo por su visión de futuro, sino también por su habilidad para inspirar a otros a contribuir en la construcción de esa visión. Un equipo proactivo es esencial, ya que lo urgente a menudo nos hace reaccionar de manera instintiva, sin reflexión. En contraste, anticiparse a lo importante requiere de un esfuerzo consciente de enfoque y reflexión, así como de la capacidad de auto motivarnos para actuar.
La proactividad es, en esencia, la capacidad de tomar acción hacia el futuro. Reflexiona sobre tus posibilidades de acción: muchas metas valiosas requieren tiempo, a menudo años, y por lo tanto necesitan de un plan cuidadoso y a largo plazo. Un buen líder sabe cómo alinear las tareas diarias con los objetivos a mediano y largo plazo para hacer realidad su visión de futuro. Este enfoque no solo construye una cultura empresarial sólida y coherente, sino que también prepara a la organización para enfrentar y superar desafíos.