Por el ActionCOACH Pepe Villacis
ESCUCHA VERDADERAMENTE. Los líderes empáticos no solo escuchan, sino que realmente escuchan. Escuchar de verdad significa escuchar con los oídos abiertos, los ojos y el corazón abierto. Significa prestar atención al lenguaje corporal, al tono de voz, a las emociones ocultas detrás de lo que se dice. Sobre todo, significa no pensar en lo que vas a decir a continuación. Siempre ganarás más escuchando que hablando.
NO INTERRUMPA. Los líderes distraídos a menudo se impacientan o se frustran e interrumpen al hablante en un intento de hacer que avance con lo que está diciendo, dejando al hablante incapaz de expresar sus pensamientos o su punto de vista. Sin importar cuán fuerte sea la urgencia, no apresure a las personas ni las corte, o peor aún, intente ser el “arréglalo todo” que tiene una solución inmediata para todo. Dar a las personas el espacio para decir lo que tienen que decir es una forma importante de empatía.
ESTÉ COMPLETAMENTE PRESENTE. Cuando un líder empático habla con alguien, nunca se lo verá mirando su reloj, escaneando la habitación o revisando su teléfono. Es simple: cuando alguien está hablando, escuche. Si están expresando sus sentimientos, esté allí con ellos. Concéntrese en ponerse en su lugar y piense en formas en las que pueda brindarles apoyo.
DEJA EL JUICIO ATRÁS. Incluso cuando los sentimientos de los demás están en oposición directa a los propios, los líderes empáticos no juzgan. Dejan de lado sus prejuicios y se abren a nuevas perspectivas. Cuando el líder es empático, no mira los sentimientos de los demás en términos de acuerdo o desacuerdo, sino como una ventana a sus percepciones y visión del mundo, una oportunidad para comprender mejor lo que están experimentando y expresando.
MIRA EL LENGUAJE CORPORAL. Los líderes empáticos entienden que la comunicación no verbal puede decir más sobre lo que una persona está pensando que cualquier palabra. El lenguaje corporal suele ser la forma más directa en que las personas comunican lo que piensan o sienten, incluso cuando su comunicación verbal dice algo muy diferente. Sea consciente de su propio lenguaje corporal al tratar con los demás: permanezca abierto y escuchando, inclínese y acérquese cuando la gente hable y demuestre que está interesado en lo que dicen.
ANIME E INVOLUCRE A LOS CALLADOS. En las reuniones, siempre hay dos o tres que hablan la mayor parte del tiempo. Y luego están los callados que por la razón que sea nunca hablan tanto, incluso si sus ideas son sólidas. Como líder, propóngase animar a las personas a opinar; el simple hecho de alentar a los callados empoderará a todos los que le rodean.
TOME UN INTERÉS PERSONAL. Los líderes empáticos tienen una curiosidad genuina por la vida de quienes trabajan para ellos y muestran su interés haciendo preguntas sobre la vida de las personas, sus desafíos, sus familias, sus aspiraciones. No es interés profesional sino personal, y es la forma más fuerte de construir relaciones.
LIDERANDO DESDE ADENTRO: La empatía es un músculo de pensamiento, de manejo emocional y de comportamiento que se vuelve más fuerte con el uso. No es una debilidad, sino que es la mayor fortaleza para trabajar con las personas.
Cultivar la empatía como habilidad de liderazgo permite crear lazos de confianza en los equipos y en las organizaciones. Al líder le da una idea de lo que los otros están sintiendo y pensando, y le ayuda a entender sus reacciones. Además, la empatía favorece una mejor toma de decisiones al agudizar sus percepciones e intuición.
Cuando a un líder le falta empatía, los demás se acercan con la guardia alta y todos prefieren guardarse sus problemas y sus ideas. Sin embargo, con un líder empático, todos saben que pueden ser abiertos sobre lo que piensan y sienten sin ser juzgados, descartados o ignorados.
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