Por el ActionCOACH Carlos Treviño
Muchos dueños de negocio que están en edad de retirarse o jubilarse, se enfrentan al dilema del cambio de estafeta de su negocio. Tienen miedo de dejar el control en manos inexpertas o extrañas, o ¡simplemente no habían pensado en ello y no tienen a quién poner en su lugar!
Han luchado muchos años, han enfrentado varias crisis y salido victoriosos, le han dedicado gran parte de su vida al negocio que les permitió mantener a la familia y vivir con comodidades, y tan solo pensar de poner todo lo construido en riesgo, en otras manos diferentes de las propias, les causa un gran estrés.
Pero ¿quién mejor que los hijos para defender el patrimonio familiar? Sin embargo, muchas veces los hijos no están preparados para tomar el mando del negocio, y eso pone en riesgo la continuidad y rentabilidad futura del mismo.
¿Cómo pasar la estafeta del negocio exitosamente? ¿Qué debe hacer el empresario que quiere una transición segura de su negocio a la siguiente generación?
Quiero responder esas preguntas platicándoles un caso real: Un empresario del ramo industrial en Monterrey nos llamó porque tenía el problema de la sucesión de su negocio, pues sus hijos no se habían involucrado nunca en el negocio y no lo conocían, pero además no mostraban interés por continuarlo, por venirse a trabajar en él. Se sentía tan frustrado y preocupado, porque el futuro del negocio estaba en juego al dejar él la dirección. Todavía el negocio dependía en gran medida de él, y cuando pensaba en la posibilidad de venderlo a un extraño se deprimía por lo poco que le ofrecían.
Entonces comenzamos a trabajar en forma intensa para que la sucesión se hiciera suavemente y pronto, como él mismo lo deseaba. Sus hijos comenzaron a asistir a las sesiones de coaching, y se interesaron tanto cuando aprendieron cómo hacer negocio, que ellos mismos sugirieron al papá los involucrara más en el negocio.
Sus hijos ya tenían carrera, maestría y diplomados, que les ayudaron para encontrar empleo, y es bueno que tus hijos trabajen para alguien más durante unos años, con el objetivo de conocer lo más posible la operación de una empresa en todas sus áreas, y desarrollar habilidades de comunicación, relaciones interpersonales, liderazgo, administración, entre otras. Además, desarrollan los hábitos que tu empresa vive y requiere, como puntualidad, trabajo en equipo, servicio, etc., algunos de los cuales los jóvenes no tienen o no valoran en estos tiempos.
Lo siguiente fue entrenarlos con un coach de negocios en forma personalizada, de modo que aceleramos el proceso de aprendizaje y formación como dueños de negocio y líderes efectivos. Al mismo tiempo los motivamos a estudiar la estructura del negocio, conocer las fortalezas del equipo y detectar las áreas de mejora para establecer prioridades.
Es cierto que la brecha generacional suele ser un obstáculo muy grande para tomar decisiones de cambio radical. Pero debes tener una meta: institucionalizarte. Por eso, ambas generaciones deben trabajar en equipo para jamás anteponer la competitividad frente a los sentimentalismos.
Termino con 7 cosas que debes hacer:
1. Institucionalizarte, las reglas evitan dolores de cabeza.
2. Un plan generacional que te permita formar a los miembros de la familia que deseas integrar al negocio.
3. Aceptar que sólo los más capaces deben ser empleados de la compañía.
4. Abrir las puertas a las ideas de las nuevas generaciones. Aunque te parezcan precipitadas, pueden generar grandes resultados.
5. Elaborar un protocolo familiar en donde quede sentado cuáles serán los requisitos para que un miembro de la familia ocupe un puesto.
6. Si eres el fundador, reconocerás que aquello que funcionó antes podría no funcionar ahora.
7. Darás a los herederos las herramientas que necesitan para que enfrenten el reto de fortalecer y expandir el negocio de la familia.
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